¿Va Usted arando junto a un incrédulo?
07.06.2014 18:54¿Va Usted arando junto a un incrédulo?
-Por Angélica Permuy-
Para muchos de nosotros en la actualidad el concepto de “yugo” nos es algo ajeno.
Según el diccionario de la RAE, la palabra yugo significa:
“…Instrumento de madera al cual se uncen por el cuello las mulas, los bueyes, etc., y en el que va sujeta la lanza del carro o el timón del arado…”
Aun hoy existen muchos lugares rurales donde se sigue usando el atar a dos animales juntos por la cabeza para que caminen a un mismo tranco y trabajen la tierra, dándola vuelta para luego sembrar.
En 2° Corintios 6: 14 el apóstol Pablo escribe:
“…no os unáis en yugo desigual con los incrédulos; ¿porque que compañerismo tiene la justicia de con la injusticia? y ¿que comunión la luz con las tinieblas?...” (VRV ‘60)
Habitualmente este pasaje se usa para advertir sobre los peligros del matrimonio con no cristianos o los riesgos que conllevan las sociedades comerciales con gente que no pertenezca a la iglesia de Cristo.
Sin embargo, me gustaría pensar este pasaje desde otra óptica. Hágase esta pregunta:
¿Todas las personas que me acompañan en la vida diaria son creyentes?
Cuando digo “creyente” no me estoy refiriendo al hecho de si profesan valores cristianos o son impecables asistentes a reuniones religiosas de cualquier denominación. No, no es ese mi punto, voy más allá. ¿Lo acompañan creyentes en su caminar diario? Tal vez podría definir a un creyente como alguien que decide creerle a Dios literalmente y poner sus enseñanzas revolucionarias en práctica. ¡Esas personas son valiosas! Ya que, hay que tener valor para creerle a Dios adoptar el criterio de que uno puede amar a los enemigos, o que él es un Dios que se ocupa de proveer para todas nuestras necesidades y que si tiene tiempo de estar atento a los pájaros, mucho más le importamos nosotros…! Bien, me refiero a ese tipo de creyentes.
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